escogido cada bloque por el ángulo del filo
sin cura de argamasa.
Al suelo de tierra barrerle el polvo
y encima, el jergón.
En la cumbre, lirio que enraíce
la certeza del techo
y la paciencia para oler el blanco de las azucenas.
Olvido de ventanas contra el viento.
La sombra solo es fresca a oscuras.