Me lo pregunto porque me fui, de no haberlo hecho los habría olvidado como hicieron todos.
Jordi Ledesma, La noche sin memoria.
En tu crecer carpintero
La astilla te encalló las manos.
El andamio te aguiló la vista.
Por amor a la moldura, amaste para siempre al detalle.
En este tuyo madurar de cuentista
la tinta te aflora una herencia oscura.
De sangre. De barrio.
De nieto de la negra.
Y antes de lo que quiero te harás recuerdo.
Por eso es urgente que me escribas algo blanco,
con palabras de haya como la que por ti piso.
Ya las conoces de aquel cuaderno tuyo,
tan claro, que me enamoró de enamorarse.
La voz que hallaste a fuerza de escuchar,
barnízala de soles antes de que caiga hasta el epílogo la noche,
que aún amanece cada vez que miras alto
y pones luz en la historia antes que la cuente el día.