No lo vimos venir.
El asfalto olía a pólvora desde mucho antes de la noche de San Juan
El mar traía sangre de lejos y de cerca a la plaga de sombrillas
Las voces del medio de la escala no se oían desde hacía docenas de conciertos
El amor había pasado de moda incluso en los cines multisala
Y no lo vimos venir.
Nos curábamos con risa las heridas que aún no pasaban de la piel
Nos callábamos del todo si no estábamos de acuerdo en cualquier cosa
Nos fugábamos con superhéroes de otro sitio y otra hora a cualquier parte
Nos creíamos muy lejos todavía de las muertes que mirábamos sin anestesia
Y llegó avisando y con fanfarria
Las madres ya no fueron más mujeres y los hijos no tuvieron casi padres
Los niños se escondieron en el metro hasta taparles las bocas de hormigón
Un abuelo gritó de miedo y fue el único que no murió de balas
Una muerta volvió de noche y la oímos andar todos en el mismo sueño
Y arrasó
Le bastó que la semilla del nosotros se la creyeran los sentimentales
La regamos con el culto envenenado del valor del diferente
Rompió la tierra el primer brote de odio a muerte
cuando alguien olvidó que es muy corta la vida y muy pequeños nosotros
para nada que no nos haga más iguales.
Con el primer último suspiro, volaron todos los frutos preñados de guerra.
Y pasaron años y se curaron de muerte la tierra, el mar, los ojos.
Y pasarán otros que incluso empapados de daño sangre historia, no lo verán venir.
Si estáis para entonces, tatuad a vuestros libros la lección con letra clara:
no engañéis a la especie reclamando la igualdad para el distinto,
miradlo a los ojos y os reconoceréis.
El asfalto olía a pólvora desde mucho antes de la noche de San Juan
El mar traía sangre de lejos y de cerca a la plaga de sombrillas
Las voces del medio de la escala no se oían desde hacía docenas de conciertos
El amor había pasado de moda incluso en los cines multisala
Y no lo vimos venir.
Nos curábamos con risa las heridas que aún no pasaban de la piel
Nos callábamos del todo si no estábamos de acuerdo en cualquier cosa
Nos fugábamos con superhéroes de otro sitio y otra hora a cualquier parte
Nos creíamos muy lejos todavía de las muertes que mirábamos sin anestesia
Y llegó avisando y con fanfarria
Las madres ya no fueron más mujeres y los hijos no tuvieron casi padres
Los niños se escondieron en el metro hasta taparles las bocas de hormigón
Un abuelo gritó de miedo y fue el único que no murió de balas
Una muerta volvió de noche y la oímos andar todos en el mismo sueño
Y arrasó
Le bastó que la semilla del nosotros se la creyeran los sentimentales
La regamos con el culto envenenado del valor del diferente
Rompió la tierra el primer brote de odio a muerte
cuando alguien olvidó que es muy corta la vida y muy pequeños nosotros
para nada que no nos haga más iguales.
Con el primer último suspiro, volaron todos los frutos preñados de guerra.
Y pasaron años y se curaron de muerte la tierra, el mar, los ojos.
Y pasarán otros que incluso empapados de daño sangre historia, no lo verán venir.
Si estáis para entonces, tatuad a vuestros libros la lección con letra clara:
no engañéis a la especie reclamando la igualdad para el distinto,
miradlo a los ojos y os reconoceréis.