Quedará una palabra

Después de todo, quedará una palabra.
No será consuelo, pero será.

Crecerá con cada gota de saliva
que se trague al masticarla el que la diga.

La verán pasar los trenes y las nubes
de camino a un diccionario de nostalgia
y será libre por fin para posarse
en la hoja más alta de tus ramas
a trinarte que no estoy para decirla,
a rogarte que estés tú para gritarla.