Idioma propio

Yo tengo tus dos ojos azules.
Son un poco míos en el milisegundo en que se posan en mi ¡oh!
y se sonríen.

Tu tienes mis kilómetros de neuronas.
Son del todo tuyas, para siempre, en el eco de una sola de tus voces
y te aplauden.

No son de nadie los sorbos de aire que me pierdo cuando hablas
con los ojos y los versos
en ese idioma nuestro
que solo yo entiendo.