Me vuelvo agricultor esperanzado,
antiguo,
fiel a los dioses del sol y de la lluvia:
resignado a la cosecha que le den.
No tiene valor ya la labranza.
El fruto que recoja, ya no quiero
que de mi sudor dependa,
ni del dolor de mi alma,
o de mi espalda,
que echó a la tierra el grano último
que habría de calmar el hambre insoportable.
Dejo que sea Tlaloc quien decida
si he de seguir viviendo otro verano.
Yo sólo pensaré en el sol cuando amanezca,
en la lluvia cuando moje,
en la luna cuando tema.
Miraré a la tierra,
y a los cielos,
con los ojos del azteca extinguido.
antiguo,
fiel a los dioses del sol y de la lluvia:
resignado a la cosecha que le den.
No tiene valor ya la labranza.
El fruto que recoja, ya no quiero
que de mi sudor dependa,
ni del dolor de mi alma,
o de mi espalda,
que echó a la tierra el grano último
que habría de calmar el hambre insoportable.
Dejo que sea Tlaloc quien decida
si he de seguir viviendo otro verano.
Yo sólo pensaré en el sol cuando amanezca,
en la lluvia cuando moje,
en la luna cuando tema.
Miraré a la tierra,
y a los cielos,
con los ojos del azteca extinguido.