Seguiremos esperando siempre siempre siempre que tus párpados se abran del todo y mires hacia afuera sin el filtro de tu yo. Todos queremos prestarte el nuestro, sólo tienes que cogerlo. Todos somos egoístas y autoritarios, al principio y al final, pero dicen los cuentos con moraleja que si es por cariño no es pecado.
Un abrazo grande grande grande y un silencio quieto quieto quieto, para que descansen las bocinas y puedas oír cómo se calla el universo cuando tú se lo ordenas.
M.